Participando de un seminario sobre DevOps organizado por Tecnofor esta mañana se destacaba sobre todo la necesidad de la implantación de una "cultura Devops" y eso asociado a que los equipos Devops no tienen jefes o controladores, sino alguien que determine la dirección y el enfoque en el negocio.
Nada desconocido de lo que venimos escuchando hace ya muchos -demasiados- años a expertos internacionales del management y en los últimos tiempos a analistas de gestión de servicios IT. Al final es más de insistir en que se derriben las barreras existentes entre los equipos de desarrollos y de operaciones.
Dice W. E. Deming (1900 - 1993) creador del famoso ciclo PDCA, en uno de sus principios de calidad, creo que el 9: "Derribe las barreras entre las áreas del personal. Todos deben trabajar como un equipo, en pos de una meta común. El trabajo en equipo es un imperativo en la administración moderna. Pueden ser necesarias nuevas estructuras organizativas. Transformar el organigrama es una experiencia que atemoriza, sin embargo, resulta necesaria para lograr el adecuado equilibrio y perspectiva".
Lo siento por los que esperaban encontrar en Devops el mantra de la gestión de proyectos y la solución a todos los males de su organización IT. Sin duda que estos marcos le darán pautas para hacer mejor la gestión, sin embargo es necesario un cambio de ACTITUD en su equipo y en UD.
Escribí en mi libro (Edit. TSO 2011) pág 185: La actitud debe considerarse dentro de las capacidades de los profesionales como una cuestión estratégica clave en la gente, pero es un aspecto de la personalidad. Un profesional altamente cualificado podría ser alguien pasivo o incluso dormido si no aplica el resto de los aspectos blandos a la actividad relacionada a la tecnología. Cada persona tiene la libertad de elegir su actitud en la organización que integra y si ésta equilibra y respeta sus valores, será una persona activa y proactiva y se convertirá en alguien de un valor incalculable para el cambio cultural que se pretenda.
La actitud es la amalgama que transforma los aspectos blandos de Conocimientos, Comportamiento, Compromiso y Acción en algo tan duro como debería ser la Gestión del Talento.
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